2014/06/20

Tomar leche de otras especies sí es bueno para los humanos



Se ha puesto de moda en salud y dieta para perder peso y prevenir cáncer recomendar suprimir el consumo de leche de vaca, cabra y cualquier especie que no sea la humana alegando que no es bueno porque no es natural.

Vaca lechera y ternero libres en el campo.
Durante al menos los últimos 9.000 años la leche de rumiante (vaca, cabra, oveja, búfala, camella, dromedaria, llama, alpaca, yak, cebú, etc) ha sido base del sustento de muchas culturas dándose una adaptación del organismo a su consumo. Puestos a suprimir alimentos desde un concepto restringido de lo natural cocinar la carne sería un atentado, el atún no era una presa habitualmente cazada en la sabana  africana durante el Paleolítico y el pan no crece en el suelo, necesita amasamiento, fermentación, etc, por lo que habría que suprimirlo, también las muy saludables algas. Por naturaleza somos omnívoros con inteligencia para utilizar los recursos disponibles, si en el pasado las tribus hubieran rechazado el uso del fuego para cocinar o por no ser natural o la preparación del pan la situación actual sería muy diferente.

El argumento disuasorio suele ser la leche de vaca es para los terneros, alegando que su composición daña al humano por estar diseñada para que el ternero duplique su tamaño en poco tiempo conteniendo para ello hormonas y mucha grasa. Han disparado al miedo más profundo de la mujer occidental: las hormonas y la grasa. Tranquilidad, no se ha reportado que las consumidoras de leche de camella se pongan como tales, las beduinas y etíopes no se conocen precisamente por tener figura de rumiante. En la India las vacas son sagradas por su aporte lácteo a la dieta humana y las mujeres tienden a esbeltas.

Por esa lógica beber leche de cabra te hace más ágil para saltar y correr brincando (aquí está el secreto del rendimiento deportivo de alta competición, qué dopaje ni leches). La miel perjudicaría la salud humana por estar diseñada para abejas obreras cuyos genitales están atrofiados y "la clorofila es para las plantas" porque en la fotosíntesis la planta une el dióxido de carbono con agua formando azúcares para comérselos ella, no para que me los coma yo. Las plantas también tienen hormonas pero no se ha sugerido o afirmado categóricamente como con la leche de otra especie que propicien en humanos patrones de crecimiento estético o tumoral basados en su morfología y ritmo de crecimiento. Alguna proyección mental hay para interpretar así por proceder de hembra herbívora mamífera, en general se sabe que por solo comer carne de toro no te pones como un toro. Alguna reminiscencia cultural europea hay en asociar lactancia de otra especie con cualidades. La leyenda de Rómulo y Remo como fundadores de Roma les atribuye ser amamantados por una loba, hasta que un pastor los encontró, se entiende que desde entonces crecieron con leche herbívora.

Toro en Sierra Nevada, Granada.
Toro en la Laguna del Suero (Sierra Nevada, España).
Para la filosofía vegana (erróneamente usada como sustento científico) toda hormona vegetal es beneficiosa para el humano por el mero hecho de ser vegetal, achacando los males de la salud a los productos animales sólo por ser animales con recomendaciones de nivel "no coma carne y no se pondrá gordo ni tendrá cáncer". Promueve sustituir lácteos por "leche" de soja, hay niñas que desarrollan caracteres sexuales impropios de su edad debido a los fitoestrógenos. Pregonando supuestos beneficios ni plantean si podría tener riesgo atiborrar a un niño de hormonas femeninas. Otra extraña proyección mental, coincidente con el rechazo vegano a lo masculino. Poner velo para ocultar lo femenino y atiborrar de fitoestrógeno para feminizar lo masculino es igual en esencia, pregonando una supuesta necesidad salvadora de grandes males.


La "leche" de soja no es leche.


La leche es una secreción de las glándulas mamarias de las hembras de mamífero. La soja es una legumbre, como las lentejas. Un licuado de lentejas o soja no es leche. Un zumo de naranja no es leche de naranja. Llamar "leche" a licuados de cereales, legumbres, frutos secos y frutas (coco, almendra, arroz, etc) es una estrategia comercial de "sustituya una leche por otra" siendo alimentos muy diferentes no equivalentes. Un puñado de arroz no sustituye la leche materna ni de otra especie, las "leches vegetales" son alimentos muy procesados que pierden valor nutritivo y aumentan su coste ambiental, consumir almendras crudas es más sostenible y nutritivo que someterlas a tratamiento térmico, licuado y colado.

La leche aporta proteína animal de alta calidad, una sustitución nutricionalmente similar sería la que aporte, por ejemplo un bocadillo de jamón, pavo o pescado. O arroz acompañado de los mismos (en China y Japón el arroz con carne o pescado sigue siendo el desayuno tradicional). Para neutralizar la acidez que la carne induce en la sangre y alcalinizarla se consume fruta y verdura, de ahí la costumbre de meter rodajas de tomate y lechuga en los bocadillos además de por su aporte vitamínico.


Curiosamente llaman leche a licuados vegetales como reclamo comercial mientras dicen que la leche es mala. Usan la palabra pretendiendo su mismo alto valor nutricional mientras a la vez la llaman veneno. Si la leche es tan mala, ¿por qué usar la palabra para vender otra cosa diciendo ser buenísima?.

La leche no te enferma acidificando la sangre.


Otro argumento para suprimir la leche es la ligera reacción acidificadora de la leche procesada con calor. No es fundamento, carne y huevos también acidifican, en menor medida también los cereales, nueces y legumbres y no por ello han de suprimirse sino equilibrarse con el consumo de alimentos alcalinizantes como la mayoría de verduras, frutas, frutos secos y miel. Se alude a esa acidez para dar a entender que es un alimento malo por naturaleza dentro de la campaña falsa de salud vegana que indica consumir sólo alimentos alcalinizantes presentando una falsa dicotomía  de alimentos buenos y malos, vegetales/animales.

La leche cruda da una reacción ligeramente alcalina. Podría facilitarse esta opción al consumidor o regular los tratamientos térmicos minimizando el impacto en la calidad (algunas personas diagnosticadas como intolerantes a la lactosa son tolerantes a la leche cruda). Pero no es algo que me obsesione ni quite el disfrute de mi vaso de leche esterilizada UTH (Under Hight Temperature), esas siglas que aparecen en el envase.

La salud es el conjunto de muchos factores, si nos obsesionáramos con algunas cosas olvidando el resto esa creencia condicionaría nuestra vida. El cuerpo se alcaliniza consumiendo verdura cruda (la cocida no la sustituye) en las comidas principales y fruta a lo largo de la jornada, los cítricos son especialmente alcalinizantes (no imprescindibles, cuestión de balance). El pan y arroz blanco acidifican más que los integrales. La miel es una interesante opción alcalinizante para huntar y si la leche se acompaña de café es más saludable que el azúcar dado que ésta es muy acidificadora. El foco acusador puesto en la leche lo aparta de cuestiones para mí relevantes como si la producción del café o miel es sostenible o están cargados de venenosísimos agroquímicos.

Se tiende a culpar a la leche de provocar el estado de acidez cuando a menudo el principal problema es aquello de lo que se la acompaña: pan y bollería de harina refinada, azúcar adicionada al cacao, galletas, etc.

Mucosidad.


Se dice que la leche produce mucosidad, pero sólo ocurre con la de algunas variedades de vaca que contiene la proteína caseína en una variante concreta, beta caseína A1.

Estudios sobre la incidencia de enfermedades y alergias asociadas al consumo de leche de vaca indican que éstas se vinculan mayormente a la beta caseína A1. Otras vacas producen beta caseína A2 cuya forma es la original de la de las vacas de hace miles de años que permanece en el ganado vacuno africano, asiático y en parte del europeo. Es la forma presente en la leche humana y en la de muchos mamíferos como cabras, ovejas, búfalas, etc. El veganismo ha hecho campaña contra la leche animal creando alarma bajo el argumento de que la caseína se usa como pegamento industrial, claramente manipulador.

Vacas lecheras frisonas en el campo.
Vacas frisonas, la variedad lechera de mayor
rendimiento. Muy conocidas por sus machas,
puede ser negra o marrón con blanco.
El gen de las vacas productoras de leche A1 está presente en las variedades modernas si bien no todos sus ejemplares lo han adquirido. En variedades como Guernsey, Pardo Suizo y Jersey hay predominancia de A2. En la vaca frisona (también conocida como Holstein), principal variedad productora de leche en varios países europeos (Francia la ha rechazado) por su mayor rendimiento, se da similar proporción entre ejemplares A1 y A2 (las ganaderías han empezado a seleccionar por lo que en pocos años las proporciones pueden cambiar). No se sabe cuándo y por qué ocurrió la mutación A1, se cree que fue hace miles de años en Europa, pero sometiendo a las vacas a condiciones antinaturales de alimentación, estrés y medicamentos no sería extraño propiciar mutaciones peores.

En la digestión de la caseína A1 se libera un péptido llamado BCM7 (beta casomorfina 7) muy oxidante, si éste es absorvido en el intestino pasa al torrente sanguíneo y provoca reacciones alérgicas. No obstante el tracto digestivo dispone de mecanismos para romper la BCM7 inactivándola a través de la enzima dipeptidil-peptidasa-4. Ésta no funciona igual en todas las personas y por tanto no absorben BCM7 en igual proporción, las personas sanas por lo general la neutralizan. Los bebés tienen un intestino muy permeable y las personas con celiaquía y otras afecciones intestinales absorben este péptido en gran cantidad, también se contempla la posibilidad de que haya medicamentos que promuevan su absorción.

La mucosidad nasal es un mecanismo del cuerpo para eliminar muchos tipos de toxinas, inhaladas, ingeridas o causadas por infecciones o tumores, es decir, su aparición no siempre se debe a la leche.


Calidad y balance en la dieta.


Se plantea si es necesario que sea ecológica certificada y otras cuestiones como en qué cantidad consumir.

En la calidad influye el sistema productivo y la alimentación del animal.

La leche industrial es de vacas estabuladas con una alimentación antinatural basada en pienso. Porta herbicidas, pesticidas, analgésicos, fosfatos, etc, siendo además muy pobre en grasas saludables al contrario que la de vaca alimentada con pasto que contiene una proporción adecuada de ácidos grasos omega 3, tan importantes para la salud del cerebro, con efecto antiinflamatorio, etc. ¿De dónde sacan omega 3 poblaciones que no comen pescado, como en la montaña o el desierto?. Además de la grasa de la carne de rumiante que come pasto, de la leche.

Si bien la certificación ecológica garantiza producción no intensiva y alimentación basada en pasto hay lecherías de ganadería tradicional sin certificación para no repercutir aumento de precio en el consumidor, debido a que el sello es gestionado por entidades privadas cuya concesión implica, además del cumplimiento de la normativa, un desembolso importante. Como sugerencia a ganaderos tradicionales para mostrar cómo viven sus vacas sin recurrir a la certificación podrían hacerlo en vídeo subido a la web, pero lo mejor sería pedir legislar para que las vacas pastando en el campo sea lo general. Pero incluso si la vaca pasta no significa que sea alimento necesariamente limpio, hay campos contaminados de dioxinas procedentes de herbicidas que fueron usados años antes para cultivar, o procedentes del aire debido a fábricas de plaguicidas, quema de residuos, etc. El certificado ecológico no libra de ello.


Otro factor de calidad es el tratamiento térmico esterilizador previo a la venta. La esterilización es el método más agresivo, degrada las vitaminas y proteínas generando componentes tóxicos. La leche esterilizada dura 6 meses en el envase, 3 meses la leche UTH. La segunda pierde algo de valor de algunas vitaminas pero sigue siendo nutritiva y no tiene residuos tóxicos generados por el calor. La leche fresca (se denomina pasteurizada) dura entre 8 y 10 días, nutricionalmente es mejor pero debe estar refrigerada por lo que es menos accesible. Hay un sistema de distribución consistente en dispensadores de leche fresca en la vía pública y dentro de establecimientos, se hace en algunos lugares de Suiza e Italia y está empezando en España. Reduce intermediarios, tiempo de desplazamiento y el consumidor puede reutilizar el envase generando un enorme beneficio ambiental. Es cómodo tener mucha leche almacenada en la despensa (principal ventaja de la UHT) pero no me importaría tener varios botes de leche fresca en la nevera y un dispensador cerca de casa. Si además de indicar el origen incluyera foto del campo de pasto sería un bonito detalle.

Hay opciones para evitar o reducir el consumo de leche A1 si se tiene mucha preocupación por ello, leche de cabra o buscar lecherías cuya variedad de vaca sea predominantemente A2. En el segundo caso asumiendo que tomásemos leche de vaca frisona por ser la más frecuente podemos probar diferentes marcas viendo cuál nos sienta mejor pues no en todas las lecherías hay la misma proporción A1 y A2. Es cuestión de prueba, sin obsesionarse, teniendo hábitos físicos y mentales saludables, si crees que la leche es el centro de tu salud y vida probablemente le atribuirás males que procedan de otra causa. He tenido épocas de mucha mucosidad y otras de ninguna, y realmente no sé si cesó o no a partir de usar determinada marca normal buscando por posibilidades (porque saberlo seguro no lo sabes) que la vaca comiera pasto y fuera de procedencia lo más cercana posible, al menos no de fuera del país o de la otra punta. No fui consciente de cuándo la mucosidad cesó porque estaba enfocada en otras cosas, un día me di cuenta que llevaba tiempo sin ella.

Cada cual hará su criterio, en la elección entran factores como el económico, la leche de cabra es más cara que la de vaca. Considero primordial que el animal coma hierba y me decanto por leche procedente de regiones donde la tradición ganadera es de pasto porque incrementa la posibilidad de que la que yo tome lo sea. El sabor es bueno, no dispongo más elementos para juzgar que cómo me siento. El envase muestra una vaca frisona.

Bajo mi particular criterio no creo que sea más saludable una leche 100% A2 producida con transgénicos, herbicidas, medicamentos y estrés que la producida con pasto y sin estrés que sea toda o parte A1. Dado que un organismo sano puede descomponer beta casomorfina 7 de tener que elegir entre ambos extremos me decantaría por leche limpia de tóxicos, si bien mi ideal es la leche A2 de pasto no contaminado. En el caso de bebés al tener un intestino más permeable la cuestión es más compleja, la leche materna es la mejor, en caso de complementar se puede recurrir a leche de cabra o informarse sobre las vacas proveedoras. Cuando madre y padre ven a su bebé llenarse de mocos es normal que se preocupen.

Muchos ganaderos están seleccionando a los machos y más gradualmente a las hembras con vistas a incrementar la proporción del gen A2, dejar que cada año se propague más el gen A1 es negacionismo que no evitará pérdidas, sólo hará que la gente huya a la leche de cabra o a las variedades de vaca con predominancia A2. Podría etiquetarse la proporción A1 y A2 del litro de la misma manera que se publican los valores de proteínas, grasas, etc, o bien que el Ministerio de Sanidad realizara un análisis de la proporción en las diferentes marcas publicándolo en un documento accesible periódicamente actualizado. En cualquier caso el consumidor no está acorralado, si no encuentra leche que le satisfaga puede optar por un saludable bocadillo con verdura, y si tiene interés en reducir lácteos pero no abandonarlos por completo puede añadir queso al bocadillo o alternar desayuno.

Dado que la leche en función del sistema de producción puede portar antibióticos, etc, conviene no superar la capacidad depuradora del cuerpo de los vegetales y frutas ingeridos, no porque haya que obsesionarse considerándola un alimento lleno de venenos sino porque en función de la legislación del país lo que porta puede ser muy diferente. En mi caso considero que viviendo en España poniendo atención a la región de procedencia puedo acceder a leche de vaca que pasta sana en el campo sin pagar un certificado ecológico, el uso de hormonas para incrementar la producción está prohibido en Europa. Pero si en otros países la legislación es más permisiva y el consumidor considera que difícilmente puede acceder a leche de vaca sana o de otra especie (entraría en valor la ganadería tradicional de especies autóctonas) sería negacionista no buscar un balance o no suprimir el consumo. Como ejemplo, si se sabe que comer salmón de piscifactoría de determinados países es cancerígeno por la enorme cantidad de dioxinas que hay en su pienso es lógico suprimirlo por completo o tomarlo muy aisladamente, absurdo sería decir "el pescado es muy sano, no hay peligro". Reducir drásticamente o suprimir la leche en ese supuesto sería una decisión meditada con fundamento, no basada en propaganda como cuando el veganismo esgrime las hormonas usadas en otros países para meter miedo a la población europea.

La deficiente cultura de la salud lleva a culpar de todos los males a un producto mirando una sola de sus propiedades ignorando las que son beneficiosas, decir que la leche es perjudicial para los adultos porque es un alimento para lactantes es como decir que las algas son un alimento para peces. Un adulto podría consumir leche materna humana sin sufrir daños en su salud, de hecho sería un complemento muy beneficioso, su no disponibilidad se debe a que no es práctico ni necesario, no a que sea el peor de los venenos para su organismo. El lactante sólo puede consumir alimento de lactante pero los adultos tienen un organismo adaptado a la variedad y es su organismo quien dirige la evolución desarrollando habilidades para obtener alimentos en diferentes circunstancias que conformarán el perfil nutricional de la leche materna influyendo a nivel epigenético en el bebé. Si la madre habita junto al mar posiblemente comerá algas y si tiene ganado beberá leche, puede que hasta haga proezas de la fermentación como el kefir. Todavía no se han visto veganos ni nutricionistas no veganos antileche diciendo que el kefir es malo porque es comida para bacterias.

El peligro no es consumir lácteos sino un exceso que reste cantidad a otros alimentos. Por ejemplo, beber leche en lugar de agua, generalmente por adicción al sabor dulce de algo que se le echa. Este hábito acidifica el organismo propiciando descalcificación, sobrepeso, etc. Se ha puesto de moda quitarle la leche a los niños como solución mágica de cualquier problema siendo que el niño no bebe agua, la sustituía por vasos de leche hiperazucarados (a través del cacao y otros), refrescos y concentrados de fruta muy acidificantes y por el mismo motivo no consume fruta. Además no hace ejercicio, pero el problema es la leche. No las proyecciones mentales que inconscientemente hace la madre culpando a milenios de ganadería en su evolución como especie (un viaje mental interesante de cada cual entender por qué esa focalización en la leche), no siendo consciente de los hábitos nutricionales y mentales que sin mala intención transmite. También se usa como prevención de problemas que ni han aparecido, "no de leche a su hija o la pondrá gorda", más de una madre sucumbe.

En exceso ningún alimento es bueno. La industria láctea promovió un consumo excesivo asociando leche a calcio y huesos fuertes lo cual es erróneo pues el calcio se obtiene de varias fuentes, como las verduras. Para que el calcio sea fijado en los huesos es necesario ejercicio y vitamina D que produce naturalmente el cuerpo al exponer la piel a luz solar (la filtrada a través de cristal no sirve). Adicionar vitamina D artificial a los lácteos fue un recurso publicitario insano pues la forma artificial es inactiva, no sólo no cumple la función en el cuerpo sino que bloquea la acción de la vitamina D natural. Se promovió también la idea de que una comida no es completa sin un yogur detrás lo cual no tiene fundamento, un almuerzo o cena que combina productos animales, vegetales y fruta es completo. Adicionar un yogur con frecuencia implica un exceso de proteínas (y de azúcar si es azucarado) que se acumula generando sobrepeso y un exceso de elementos acidificantes en la sangre (el exceso de proteínas acidifica).

El tamaño de la ración debe ser acorde a las necesidades. A media mañana, ¿es necesario un vaso de 270 cc lleno hasta el borde (los cc no son lo mismo que los cl, cuidado con las medidas)?, ¿seguro que la mitad, tres cuartos o un poco más no basta?. Esto dependerá del tamaño de la persona y su actividad, si además consume pan con loncha de carne, etc, pero en ocasiones para mujeres no muy altas la toma es excesiva, pudiendo culpar a la leche en sí de algo que es cuestión de cantidad. Por la tarde es habitual efectuar dos tomas, si la primera fue un vaso completo quizá la segunda podría ser algo menor no llenando el vaso hasta arriba. Quien añada un yogur en el almuerzo generalmente necesitará menos cantidad de leche a lo largo de la tarde y el yogur sistemático tras la cena probablemente sobre si ya se tomaron todas las proteínas necesarias. Una ración de lácteo (yogur, queso, leche) tras la cena es útil en días de mucho desgaste en que el cuerpo pide un extra, en tales casos su proteína de alta calidad suprime la ansiedad rebajando el nivel de insulina en sangre, pero si no ha habido dicho especial desgaste, te has comido una tortilla con jamón o una buena ración de pescado con ensalada no se entiende la necesidad de un yogur detrás. En mi caso, mujer de menos de 50 kilos y estatura media, en general (con escepciones aumentando si hay mucha actividad o por el motivo que sea algunas tardes hay ganas de tomar más) tres vasos o tres y medio diarios (dos completos, otro repartido entre media mañana y segunda toma de tarde) sin yogures tras las comidas suele mantener la mucosidad a raya. Por supuesto cada cuerpo es un mundo, si te va bien ignora esto pues sabes lo que te funciona, si no te va bien quizá el fallo esté aquí. Yo inconscientemente sustituía agua por leche y fue el cálculo de la cantidad de proteína diaria necesaria la que me llevó a establecer cantidades adecuadas para no acabar tomando de más por gusto del sabor de algo que le ponga. Por temporadas tomo más sin problema, cuestión de lo que vaya necesitando el cuerpo. Si en general nos hidratamos y nutrimos bien probablemente no tomaremos de más pues el estómago lleno tiene su límite, si alguien en particular no lo encuentra puede preguntarse por qué sigue si se siente lleno y entenderá sus propias claves. Quizá pasa toda la tarde sentado y en consecuencia comiendo y bebiendo, si comienza a moverse paseando o haciendo cosas en casa posiblemente disminuya la ingesta porque para moverse el cuerpo no puede estar haciendo continuamente una pesada digestión. Si aun así continúa culpar a la leche es errado y sustituirla por excesos de otras bebidas o alimentos no es solución. Hay personas que se sienten más saciadas tomando leche pero dejándola comen excesos de otras cosas teniendo un efecto contrario al buscado. Encontrar una combinación saciante puede ser una solución, por ejemplo, si tomarte dos vasos de café con miel por la tarde acompañado de una pequeña cantidad de otra cosa (frutos secos, fruta, ocasionalmente un pastelillo, etc) te gusta y te sacia puede que acabes comiendo mucho menos que si intentas obligarte a tomar otra cosa porque crees que la leche es mala mientras estás realmente disfrutando y adelgazando.


Cabritas comiendo hierba en invierno.La salud empieza por la moderación. Hay personas cuyo baremo de calidad de la leche no es otro que el sabor y su intuición, están saludables porque se alimentan en cantidades moderadas, la verdura cruda es parte de su almuerzo y cena, el pan y arroz son integrales y el consumo de azúcar es limitado llevando una vida activa orientada a proyectos personales sin que la comida quite más tiempo del indispensable. La calidad de la leche es una cuestión importante pero vivirla como si tomar lácteos fuera una condena al sobrepeso o al cáncer es una desviación del objetivo de la cultura de la salud que suele además adentrar a en la industria del producto exótico y el producto milagro. Las cosas son sencillas, si algo va bien no hay por qué cambiarlo, habrá quien tome raciones de lácteos mayores que las mías y le vaya muy bien, si a alguien no le va bien del todo puede que lo solucione quitando una pequeña cantidad llenando un poco menos alguno de los vasos que se toma o sustituyéndolo por un yogur.

Es necesario adquirir cultura nutricional, conocer los factores que nutren el organismo y los condicionantes de la calidad final del alimento que nos llega esquivando los mensajes manipuladores, pero a menudo se pierde la perspectiva de que se come para vivir, no se vive para comer ni obsesionarse con lo que se come, y que la salud depende también de la mente.

Las emociones y creencias conforman el cuerpo, hay alergias a los lácteos que desaparecen al tratar a la persona desde la bioneuroemoción (véase Enric Corbera), desde una creencia determinista no sería posible. La intuición desempeña un papel importante en el conocimiento, ejemplo de ello es que pese a las campañas que se han hecho contra la leche muchas personas intuyeron que les hacía bien tomarla y se van descubriendo (o simplemente deduciendo) las manipulaciones e intereses de promover licuados vegetales.

La leche es esencial en la dieta del pueblo africano masai, si un vegano les dijera "no toméis leche porque no es natural, lleva caseína que se usa como pegamento industrial, vuestros hijos se llenarán de mocos y se pondrán gordos" es de imaginar la risa que provocaría.

Un argumento ético contra el consumo de leche ecológica (certificada) y tradicional (la que se produce respetando la naturaleza sin certificar) es que le quitas su leche a un ternero matándolo o separándolo de la madre para que no se beba la leche y desnutriéndole. Se compara a la vaca con una mujer emocionalmente destruida por el asesinato o separación de su hijo para quitarle su leche materna, se intenta convencer al consumidor de que está cometiendo un crimen.

En contraste con la realidad, la leche de rumiante doméstico ha sido la base del sustento de familias en muchas culturas desde hace miles de años porque la hembra produce cantidad suficiente para abastecer al ternero y a la familia. Incluso en condiciones desérticas el número de ganado crece llegando a varias decenas, matar o desnutrir a la cría sería contraproducente. Los ejemplares han sido seleccionados durante miles de años por su mayor producción dando lugar a variedades específicamente lecheras.

No hay que confundir el manejo del ternero con sustracción. Para ordeñar una vaca en condiciones higiénicas no se puede tener otro animal (un ternero, un perro o lo que sea) dando vueltas alrededor del cubo y metiendo el hocico o golpeándolo por accidente al moverse. El ternero es separado de la madre durante algunos períodos pero pastan juntos en el prado.

Si para tomar leche fuera necesario matar o separar definitivamente a la cría vacas, cabras, yaks, alpacas, etc, no existirían: su descendencia no habría sobrevivido hasta nuestros días.

Por algo establece el reglamento europeo 889/2008 sobre producción ecológica en su art. 20 que:

Todos los mamíferos jóvenes deberán ser alimentados a base de leche materna, con preferencia sobre la leche natural, durante un período mínimo de tres meses para los bovinos (...) 45 días para las ovejas y cabras (...).

Evidentemente el ternero es alimentado por la madre, no separado desde que nace como dice la propaganda vegana. El tiempo de destete varía conforme a la legislación y prácticas del país y si la producción es para carne y/o leche pero la generalización que se hace es falsa.

La leche ecológica no es necesariamente mejor que la producida de forma tradicional, la calidad depende de la dieta y la base debe ser pasto de hierbas nutritivas. La normativa ecológica garantiza que la base de alimentación sea pasto pero no excluye los cereales siendo a menudo una proporción importante suministrada dentro del establo en lugar de forraje, depende de las preferencias del ganadero. La dieta natural bovina no contiene apenas granos salvo pequeñas semillas colgadas de la hierba, por ecológico que sea el maíz no es buen alimento para una vaca ni propicia buen perfil de ácidos grasos en la leche. Cada ganadero tiene sus prácticas, una vaca de pastoreo tradicional puede comer más hierba que otra de producción ecológica certificada. La leche de producción tradicional está en las tiendas comunes a precio normal dado que el productor no tiene que pagar certificado, no es cierto que toda leche sin certificar es leche industrial.


Nota: no obsesionarse con las medidas de cc del vaso. A veces el mismo modelo con diferente marca es etiquetado con distinta capacidad, pudiendo verse 290 donde otro de igual tamaño dice 275. No es el objetivo producir obsesión en quienes estén en un momento de miedo intenso a engordar sino lo contrario, que cada cual busque su medida de lo que le viene bien y suelte ideas que pesan en la mente lastrando el cuerpo impidiendo centrarse en la vida.
5 comentarios:
  1. Pues la universidad de Harvard y el estudio más completo sobre nutrición humana, elaborado con metodología experimental por más de 25 años, no dicen lo mismo.

    Harvard: http://www.hsph.harvard.edu/nutritionsource/healthy-eating-plate/

    China Study: http://www.amazon.com/Estudio-China-Nutrición-Realizado-Asombrosos/dp/1935618784

    ¿Qué carnicería o industria lechera auspicia tu blog?

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    1. El primer enlace (Harvard) no dice que no se consuma lácteos, dice que se limite el queso y tomar leche y yogur desnatado. Visto tu intento de engaño no hace falta mirar el segundo.

      Harvard también dice que se consuma pescado, pollo.... claro que porque lo diga Harvard los veganos no los vais a consumir, sólo recurrís a falacias de autoridad para lo contrario.

      La leche producida con pasto tiene muchísimo Omega 3 y CLA, la proporción de grasa saturada es mucho más baja que la de la leche industrial por lo que puede ser recomendable consumirla entera o poco desnatada.

      Comparto la premisa de Harvard de desnatar la leche cuando se trate de leche industrial que es probablemente la que habrá tomado la población objeto de estudio.

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  2. Ahora hay mucha leyenda en contra de los lácteos y a favor de la soja. Quizás los lácteos no sean lo más sano de los alimentos (cosa que no creo) pero lo que si sabemos en que Monsanto tiene el monopolio mundial de la soja. ¿Casualidad?

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  3. Francisco17/4/19, 1:43

    Que falaz Mateo, el estudio recomienda echar todas las semanas al carro de las compras leche o yogur.

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  4. por eso yo no tomo "leche" de soja (no me gusta) sino que en su lugar tomo "leche" o bebida de almendras que sinceramente me sienta mejor
    la leche asi entera nunca me ha sentado bien
    De pequeña la vomitaba y de mayor intente tomar un vaso de leche pero me dio angustia hinchazon y malestar y tambien la acabe tirando
    Mi cuerpo no tolera la leche
    En cambio los quesos y los yogures me sientan bien, tal vez sea por el proceso de fermentacion, no me generan ni angustia ni malestar
    En cambio la leche tal cual, me sienta mal y a parte me da asco, aunque no me sentara mal tampoco la tomaria por cuestion de gustos
    con los derivados de la leche (mantequilla yogur queso) no tengo problema, me sientan bien y a parte me gustan

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