Se ha puesto de moda en salud y dieta para perder peso y prevenir cáncer recomendar suprimir el consumo de leche de vaca, cabra y cualquier especie que no sea la humana alegando que no es bueno porque no es natural.

Durante al menos los últimos 9.000 años la leche de rumiante (vaca, cabra, oveja, búfala, camella, dromedaria, llama, alpaca, yak, cebú, etc) ha sido base del sustento de muchas culturas dándose una adaptación del organismo a su consumo. Puestos a suprimir alimentos desde un concepto restringido de lo natural cocinar la carne sería un atentado, el atún no era una presa habitualmente cazada en la sabana africana durante el Paleolítico y el pan no crece en el suelo, necesita amasamiento, fermentación, etc, por lo que habría que suprimirlo, también las muy saludables algas. Por naturaleza somos omnívoros con inteligencia para utilizar los recursos disponibles, si en el pasado las tribus hubieran rechazado el uso del fuego para cocinar o por no ser natural o la preparación del pan la situación actual sería muy diferente.